Los esponjosos “sanguchitos” asiáticos de Bao Bar

Esta columna fue publicada originalmente en la revista Salú de HelloWine.

Todos los que promovemos el servirse una cosita como estilo de vida tenemos nuestros boliches de cabecera, aquellos donde sabemos que todo estará rico, la atención será buena, nos sentiremos cómodos y lo pasaremos bien.

El único problema de tener favs es que -por comodidad y buscando irnos a la segura- reducimos las oportunidades de explorar nuevos lugares y ampliar nuestros horizontes etílicos y gastronómicos. Y si bien los bares y restaurantes siguen especializándose y nos sorprenden con cosas cada vez más sofisticadas, es casi imposible no encontrarse con papas fritas, pizzas, sándwiches y tablas.

Pero hay un lugar en Santiago donde los bocadillos clásicos son desplazados por sus versiones asiáticas que, con sabores y texturas menos habituales, son capaces de dar una vuelta a nuestro concepto de “picoteo”. Hablamos de Bao Bar, un restaurant donde predomina el “asian street food” y en el que los baos -pequeños panecillos preparados al vapor, sin corteza y con variados rellenos- la llevan. Estas esponjosas masitas se sirven en porciones de tres unidades que van desde los $6.500 a los $7.900, dependiendo de lo que lleven dentro. Personalmente, recomiendo los de salmón, que van con mayonesa de ajo, cilantro y hojas de rúcula finamente cortadas; los de camarones, con ajo y vino blanco, decorado con maní tostado y un toque de cilantro; y los de osobuco, con salsa, especias asiáticas y ciboulette.

También están los “sweets”, o sea, con rellenos dulces. Postrecitos, podríamos decir. ¿Y para beber? Harto gin. Mucho. Y de todas las partes del mundo. Para regodearse. Unos cuantos tragos asiáticos, también con gin. Además de tragos de autor y coctelería clásica, la de siempre: pisco, ron, ramazzotti, aperol, moscow y london mule y piscola, entre muchos otros. No te vas a quedar sin tomar. Los cerveceros como yo pueden tomar Kross, Estrella Damm y una que otra artesanal, ya sea en pinta o botellín.

En resumen, Bao Bar es un tremendo lugar para probar cosas nuevas y dejar atrás, por un momento, los sabores y texturas de todos los días, mientras disfrutamos de un agradable espacio, con una cuidada ambientación, un espléndido servicio y todo lo que nos gusta a la hora de empinar el codo.

Manuel Montt 295, Providencia.

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